Sinceramente en las carreras me he encontrado con personas muy buenas e interesantes.
Hubo una época que llegué a pensar que con el club Nerja corrían un montón de cerebritos científicos mal informados y menos valorados.
Dejo claro que encontré personas capaces de dar todo por nada.
Viviendo en los Pirineos fui a un maratón de nuevo cuño en Madrid, la Millenium Marathon, con un coche de alquiler.
Allí me encontré a cuatro corredores de Nerja entre ellos mis amigos Willy y Emilio. No recuerdo ahora quiénes eran los otros dos.
Mi carrera salió mal y tuve que caminar hasta la meta por no abandonar.
Me había puesto la antigripal tres días antes y dio la casualidad que tras ponérmela estaba débil y griposo.
Corrí todo el maratón sufriendo deshidratación y debilidades. Así que otra carrera a la basura.
Al término de la Millenium, en la entrega de premios, invité a los colegas a llevarlos a Nerja vía Granada-Motril, ya que yo iba a casa unos días.
Nunca olvidé a mis padres. Mis amigos quedaron sorprendidos de que yo los llevara en coche.
Por entonces me faltaba poco para terminar una serie de experimentaciones de rendimiento físico de carrera.
Lo que estaba experimentando con éxito pero no estaba acabado.
Se me ocurrió ir a casa y vi la promoción de esa maratón a mitad de camino en Madrid.
Correr en una prueba antes era mucho más barato.
Ahora los dineros que se pagan son bárbaros.
Han abierto la veda a personas sin preparación básica capaces de pagar 50€ para que los dejen correr maratones de seis horas. ¡Estoy asombrado!.
Sentirse maratoniano está muy cotizado. Los machaques que se pegan los corredores de nivel mediocre es enorme.
Los dineros que los organizadores se embolsan con estos eventos son estratosféricos.
Se han tenido que poner muy de acuerdo con las autoridades políticas, institucionales y deportivas, para permitir la enorme participación de corredores mediocres que superan con creces las cinco horas en la meta.
¡Menudo palizón!. Encima pagando un dineral. Organizadores sin escrúpulos encontraron un filón!.
Por mi parte, en los Pirineos, yo seguí perteneciendo al club Nerja unos cuantos años.
Después quise montar un club de atletismo, y no salió bien porque en el valle yo corría solo y los que corren ahora entonces eran niños.
Hay clubes de montañismo que recientemente se han suscrito a organizar carreras de montaña, que por la altitud, su administración corresponde a la Real Federación Española de Montaña, ya que la de Atletismo no puede cubrir estos eventos.
Por entonces yo corría carreras de montaña que cada temporada cambiaban de recorrido sin llegar a tener nunca un recorrido estable.
Estuve en carreras de montaña de nivel europeo compitiendo con los corredores más poderosos: franceses, alemanes, ingleses y holandeses, etcétera.
Solían participar más de 150 atletas y solo a veces el número de corredores alcanzaba los doscientos.
Los circuitos eran muy exigentes superando altitudes medias por encima de los 2.500 metros de altitud.
Los que ganamos, en referencia a los tres primeros, corríamos en tiempos que rondaban los 90 minutos hasta las 2 horas.
Los recorridos de alta montaña entre 26 y 40 kilómetros, subiendo y bajando cotas que alcanzaban 3.000 metros de altitud.
Llegar a los 3.000 metros de una cumbre y regresar a la población de donde habíamos salido en torno a los 1.000 metros de altitud, era toda una odisea.