Para ello me he propuesto una base de pesas contundente que empezará a hacer efecto desde el primer día. O sea que ya ha empezado a hacerme efectos de cambios que al principio parecerá nimios pero en una semana se empezarán a ver de forma contundente.
La base de pesas consiste en una rutina de (4 x 10). Es decir, cuatro series de diez repeticiones cada una. La forma de hacerlas es en Pirámide Ascendente cargando en la última serie el 95% del peso máximo que pueda coger en 10 repeticiones.
Mi objetivo es hacer desaparecer todas las debilidades que bloquean mis movimientos a causa del abandono de mis actividades naturales normales. Siempre he sido una persona dinámica pero en la última década una serie de sucesos han convertido mi existencia en una tortura.
Después del entrenamiento de pesas realicé una rutina en la elíptica que en principio consistía en correr 30 minutos a un ritmo de carrera continua sin más objetivo que alcanzar el tiempo previsto sin esprines ni cambios de ritmo exigentes.
En la elíptica corrí a un ritmo lento que me costó un poco canalizar. Pensé que no estaba tan en forma como para aguantar un ritmo rápido más rápido. Me dejé llevar en el Nivel 2 y conforme pasaban los minutos creí que no llegaría al minuto 10.
Después del minuto 10 me vi camino del minuto 15 un poco asombrado. En el minuto 16:20 pasé por el kilómetro 3 y se me ocurrió calcular cuánto tiempo tardaría en llegar al kilómetro 5. El resultado así corriendo, calculado a la ligera salió por encima de 28 minutos.
Al final del ejercicio me llevé una buena sorpresa. No hice los 30 minutos programados porque marqué el kilómetro 5 en unos buenos 25:16 minutos. Entonces detuve mi entrenamiento para analizar con detalle. La conclusión es que voy a entrenar todos los días sobre la distancia de 5 kilómetros, hasta que me quede hueco para correr el sexto kilómetro sin pasar de los 30 minutos de rutina.
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