Hoy debería haber sido un día de cardio yendo a los montes para subir cuestas ascendiendo a lo largo de 8 kms hasta una altitud de 500 metros.
Resulta que por fin he conseguido recordar mi técnica propia y personal de estiramientos. El movimiento preciso que cierra la llave que me permite que mis músculos se estiren y se tornen flexibles.
Por eso hablo al principio de los acosadores que me han hecho daño. Aprovecharon mi debilidad a través de las personas queridas en situación de dependencia que cuidaba para llenarme de dolor y estrés empujándome al choque que me hizo olvidar, por ejemplo, la forma y la técnica que yo usaba para estirar y no bloquearme como atleta.
Me ha costado muchos años, no sé cuántos porque ignoro cuándo lo olvidé. Reencontrar mi técnica personal para desbloquearme y volver a tener elasticidad me hace sonreír, me da confianza y me llena de tranquilidad.
Y ahora, hoy, he decidido posponer el cardio con la bicicleta de montaña ascendiendo cuestas. Prefiero emplear el fin de semana en estirarme y equilibrar los músculos de mis sufridas piernas, la izquierda con cojera tras padecer durante los últimos tres años una fuerte tendinitis en el aductor.
Un supuesto fisioterapeuta me hizo papilla en el 2008 moviendo mis huesos. Acredito que otras personas me han comentado conocer a otras personas que les ha pasado lo mismo con ciertos individuos que se homologan en técnicas poco claras y agresivas que hacen pasar por masajes beneficiosos.
A partir de ahí hicieron que me desviase hacia el Pilates y el yoga. Ahí creo que fue el punto clave donde comencé a olvidar mi educación y conocimientos como atleta de competición.
Ni de lejos la respiración yóguica sirve para la alta competición y mucho menos las posturas de yoga donde lo que ocurre en los músculos es exactamente lo contrario que necesita un atleta.
Al fin y al cabo las distintas disciplinas son un negocio. Y los que negocian con las disciplinas solo buscan tu dinero. Si no tienes dinero no te van a ayudar. Si sacas tu dinero lo más probable es que te ayuden al principio y después te atasquen en un estado propicio para que tu dinero vaya poco a poco de viaje a la cuenta bancaria de ellos.
Siguen las pautas de algunos fisioterapeutas que tratándote, cada vez que te hace un arreglo, te deja la inseguridad clavada, consiguiendo así que tengas reserva programada en su consulta en breve tiempo para seguir con ese tratamiento del que nunca verás su final.
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