Lo normal sería correr descalzos. Pero eso no va a suceder porque a las potentes empresas de tecnología del calzado deportivo no les interesa.
Miles de millones de euros en juego con las nuevas zapatillas de running que se extenderán al basket, al fútbol, al balonmano y a otros deportes gregarios del atletismo.
Como en el ciclismo, con la nueva base tecnológica, los corredores van dando un vuelco espectacular a la sequía de marcas. Cada vez correrán más rápido. Los viejos récords conseguidos sin tecnología pasarán a la historia gracias al avance tecnológico.
Lo increíble ocurrió ayer durante la carrera de 10.000 metros. Hasta catorce corredores batieron sus propias marcas y algunos viejos récords de una sola tacada. Sospechoso.
Tener unas zapatillas de running con estas tecnologías cuestan más que un monovolumen. Pero después te venden que estos atletas son unos pobrecitos muertos de hambre en su país cuando son los más pudientes con elevados privilegios. La diferencia con algunos atletas españoles es que ganan pruebas y baten records mientras los españoles se pegan la vida padre viviendo de las subvenciones al atletismo español.
Sospechoso que haya caído de golpe el record de Roncero.
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